Cuando yo empecé Amarea tenía a mi primer hijo chiquito, en ese tiempo él era mi compañero de trabajo, mi asistente y mi motivación más grande. En ese comienzo jamás me imaginé lo que sería amarea a futuro y tenía mucha falta de experiencia en cómo llevar un negocio correctamente. No contaba con equipo profesional, ni inventarios, ni administración, pero era una etapa hermosa donde disfrutaba ver los primeros crecimientos y logros de mi negocio, donde no lo compartía con nadie. Al muy poco tiempo me di cuenta que ya no podía controlar y lograr todos mis objetivos del día sola. Y por más que me costaba trabajo aprender a delegar y soltar responsabilidades empecé armando lo que se convirtió mi primer equipo de trabajo. Honestamente aun así les puedo decir que los primeros 2 años de Amarea no podía salir de viaje en paz.
En el lapso de esos primeros dos años nació mi segundo bebé, mi hija. Ella llegó cuando Amarea estaba en un boom como Marca, que me acuerdo que en el hospital seguía atendiendo pendientes del negocio mientras disfrutaba la llegada de Regina. En muchas ocasiones Regina me acompañaba a citas bebita y hasta acabé transformando uno de los cuartos extras de la oficina en cuarto de niños. Prefería cargar con ellos que sentirme con la culpa a veces de dejarlos todo el día, y ellos también disfrutaban estar ahí y jugar entre las cajas y botanear todas las Amareas posibles. A veces si extraño lo simple que era antes, sin tantos compromisos y rutinas con mis hijos y sus obligaciones escolares. Aunque ahorita en esta etapa la verdad a 7 años de Amarea es cuando oficialmente me enfoco muchísimo más en mi familia, mi casa y amigos. Disfruto mis ratos libres y estoy disfrutando de mi último embarazo, con menos obligaciones encima de Amarea y menos stress. Confío plenamente en mi equipo actual de trabajo, aunque siempre estoy al pendiente y jamás me gusta desconectarme al 100. Trato de tener un balance, y gracias al apoyo de mi esposo y socio puedo disfrutar de esta nueva etapa siempre usando mi ropa favorita de Müm.
A todas las mamás que están en esté camino de emprender, no es un camino fácil, es una travesía llena de aprendizajes y cosas que no se olvidan. Cada dificultad que enfrentamos, nos fortalece y nos acerca a nuestros sueños, a veces, en medio de la rutina y las responsabilidades de crear nuestro propio negocio, podemos olvidar lo especial que son los inicios de nuestros emprendimientos. Aprecien cada paso que dan, con el tiempo, podrán mirar atrás y valorar todo lo que lograron, y se darán cuenta que cada esfuerzo ha válido la pena.
Con todo el amor,
Karla Ko
Fundador y creadora de Grupo Amarea